La importancia de los espacios verdes

Los parques son elementos claves para mantener una buena calidad de vida y favorecer el placer de las personas. Una ciudad que no pueda ofrecer suficiente cantidad de estos espacios públicos se convierte en un hábitat que conspira contra su bienestar.

Una ciudad que merezca vivirse y lograr una forma de vida confortable debe tener entre sus ejes estratégicos esas áreas verdes. Algunas se desarrollan por acción natural. Otras, son creadas por el hombre que impulsa el cultivo de las plantas con un fin. El ser humano incide en el desarrollo o el declive de ellas, que surgieron naturalmente y no fueron plantadas.

Al aumentar la densidad de la población, las plazas ven desbordada en su capacidad, lo cual requiere la necesidad de construir otras. La importancia de ellas en las urbes radica en los efectos positivos que tienen sobre la población, efectos que pueden manifestarse en el ámbito social, en la conciencia ambiental, en el bienestar sociocultural y en la salud psíquica y física de los ciudadanos.

Entre los servicios ambientales que estas áreas verdes urbanas prestan a la ciudad tenemos la captación de agua pluvial, la generación de oxígeno, la disminución de los niveles de contaminantes en el aire, la disminución de los efectos de las llamadas “islas de calor”, el amortiguamiento de los niveles de ruido, la disminución de la erosión del suelo, además de representar sitios de refugio, protección y alimentación de la fauna silvestre.

El centros de recreo al aire libre debe encontrarse en relación con otros elementos construidos de tal forma que un individuo pueda desplazarse dentro de una ciudad trasladándose de un punto al otro en ómnibus, en bicicleta, a pie o corriendo, gozando de la vida al aire libre, lejos de los ruidos, de la polución, donde se escuchen los sonidos de la naturaleza, en la medida que avanza la formación de microclimas y ecosistemas que nos beneficien.