Corregir la postura, variar la dieta, cultivar el intelecto o cuidar las emociones provocarán una mejora de tu salud. Averigualo en esta nota.
La salud es una inversión que conlleva mayor beneficio. Aquí, algunas claves para disfrutar una vida plena.
¡Sonreí!
Las emociones positivas, como la alegría, el entusiasmo y la satisfacción son una fuente necesaria de bienestar y calidad de vida, lo que favorece que otras personas positivas deseen aproximarse a nosotros. Si reís, liberás el estrés y la ansiedad y ganás en salud física y mental.
Cuidá tu cuerpo
La prevención y la detección precoz de la enfermedad son los dos pilares básicos para mantener el estado de salud. Además de tener unos hábitos de vida saludable, la vacunación es fundamental para la prevención. Respecto a la detección precoz, la realización de chequeos periódicos es clave, como los estudios urológicos para el cáncer de próstata y ginecológicos para cánceres de mama y cérvix, colonoscopias para el de colon, espirometría para EPOC, etc.
Menos platos y más zapatos
Cualquier persona que desee ganar en salud, además de mejorar la dieta, debe aumentar la cantidad de ejercicio físico. Realizá cinco comidas al día, entre las que no deben faltar un desayuno completo formado por lácteos, frutas y cereales integrales. Ponerte en forma te ayudará a reducir los factores de riesgo cardiovascular, además de actuar como relajante emocional. Practicá deporte de forma habitual y ponete unos objetivos reales. Sin duda, te sentirás mejor.
Dormí lo suficiente (y más)
Dormir lo suficiente (7-8 horas) y con un sueño de buena calidad es fundamental para mantener una vida saludable. Si dormís poco o mal, aumenta el riesgo de padecer algunas enfermedades y disminuye tu calidad de vida. ¡Dormir bien es salud!
¡Mojate!
El agua es fundamental para el cuerpo humano, tanto para ayudar a nuestro organismo a recuperar la que se pierde a través de la orina, el sudor o el aliento como para realizar uno de los deportes más completos y recomendables, en el que se trabajan todos los músculos, ligamentos y tendones: la natación. Nunca esperés a tener sed para beber agua e intentá nadar, al menos, una vez por semana. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!