El descubrimiento del agujero en la capa de ozono que envuelve la Tierra y la protege de las radiaciones solares, peligrosas para la salud (1985) y el accidente en la planta nuclear de Chernóbil (1986) aumentaron la preocupación por el medioambiente.
Ante estos hechos, comenzó a temerse de que el dióxido de carbono producido por los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) pudiese ocasionar, a largo plazo, un recalentamiento global del planeta, por lo que comenzaron a plantearse tecnologías alternativas para producir energía.
Por otra parte, se cree que los combustibles fósiles se agotarán, y el mundo industrializado necesitará contar, para entonces, con una fuente de energía suficientemente fiable para sustituirlos.
Aplicaciones actuales
Éstas son algunas de las muchas utilidades de las tecnologías alternativas que ya se utilizan en la actualidad.
– Generadores accionados por las mareas, para crear energía eléctrica.
– Energía solar. Los coches de energía solar podrían sustituir a los de motor convencional de gasolina.
– Energía eólica. Es una forma de generar electricidad sin contaminar, pero para lograr un suministro útil serían necesarias enormes instalaciones de molinos.
El problema del petróleo
Los naufragios de los barcos petroleros ocasionan grandes vertidos en el mar que acaban con la vida de los animales y plantas de la zona. Aunque el petróleo es un hidrocarburo que puede evaporarse y acaba por desaparecer, este proceso es muy lento. Para combatir estas mareas negras, los especialistas utilizaban detergentes limpiadores, pero su efecto sobre la vida en los mares era muy peligroso. Un método más innovador consiste en lanzar al agua bacterias manipuladas genéticamente, que se reproducen con rapidez y metabolizan hidrocarburos, eliminando el petróleo de la superficie.