Es un derecho fundamental, ya que el alimento es un elemento esencial sin el que los seres humanos no pueden vivir.
El derecho a la alimentación es el derecho de cada hombre, mujer y niño a una alimentación garantizada, y consta de cuatro aspectos importantes:
– El alimento debe ser suficiente para toda la población.
– El alimento debe ser accesible. Cada persona debe poder obtener alimento, ya sea gracias a su producción propia (ganadería y agricultura), o gracias a un poder adquisitivo suficiente para comprarlo.
– El acceso al alimento debe ser estable y duradero. El alimento debe estar disponible y accesible en todas las circunstancias (guerras, catástrofes naturales, etc.).
– El alimento debe ser salubre, es decir, consumible e higiénico y, en particular, el agua debe ser potable.
Los niños deben disponer de una dieta equilibrada para poder desarrollarse física e intelectualmente de manera adecuada. Una dieta equilibrada supone un equilibrio de nutrientes, glúcidos, lípidos, sales minerales, vitaminas, fibras y de agua. Gracias a ella, las personas corren menos riesgos de malnutrición, sobrepeso e insuficiencias alimentarias.