La infancia es el momento en el cual el ser humano es más vulnerable, dado que aún no ha acabado de desarrollarse ni física ni mentalmente. En otras palabras, los niños necesitan una atención y una protección especiales.
Los niños son seres jóvenes, en pleno desarrollo, que se convertirán en los adultos del mañana. Para poder desarrollarse de manera adecuada, necesitan una protección especial. El principio del interés superior del niño implica dos reglas importantes:
– Todas las decisiones que atañen al niño han de tomarse según su interés exclusivo, para asegurar su bienestar inmediato y futuro. Todas las decisiones y todos los actos deben garantizar imperativamente sus derechos.
El principio de interés superior del niño tiene por objetivo la promoción y garantía del bienestar de todos los niños. Y ello, según varios aspectos:
– El bienestar físico. Asegurar su buena salud y su buen desarrollo (salud, alimentación, higiene, protección contra el maltrato y actividades perjudiciales para la salud física, etc.).
– El bienestar mental. Ofrecerle la posibilidad de desarrollarse intelectualmente (salud mental, alimentación, educación, protección contra el maltrato y actividades perjudiciales para su salud mental, tiempo libre, etc.).
– El bienestar social. Asegurarle la posibilidad de realizarse social y espiritualmente, entre otros aspectos (libertad de expresión, opinión, participación, pensamiento, conciencia, religión, tiempo libre, etc.).
Un sistema de protección para el niño comprende leyes, políticas, procedimientos, procesos de prácticas destinados a la prevención y la lucha eficaz contra los diversos problemas de maltrato, violencia y discriminación que puedan perjudicar su bienestar.
Los Estados deben tener medidas que permitan identificar los diferentes tipos de perfil de los niños (discapacitados, refugiados, etc.), con el fin de establecer los mecanismos adaptados a tener en cuenta y de ofrecer soluciones satisfactorias y duraderas. Deben realizar controles y seguimientos cuando exista un posible caso de discriminación, malos tratos o explotación. Deben identificar y cuestionar todas las actitudes y prejuicios, así como las costumbres que supongan y alimenten la discriminación y los malos tratos hacia ellos, teniendo en cuenta su opinión y hacer que participe en las decisiones que le atañen.