El derecho a la Identidad es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano, y es necesario para poder beneficiarse de los otros derechos fundamentales.
Desde el momento de su nacimiento, toda persona tiene derecho a obtener una Identidad. La Identidad incluye el nombre, el apellido, la fecha de nacimiento, el sexo y la nacionalidad. Es la prueba de la existencia de una persona como parte de una sociedad, como individuo que forma parte de un todo, lo que la caracteriza y la diferencia de las demás.
El niño tiene derecho a tener un nombre y un apellido. Todo niño debe ser registrado inmediatamente después de su nacimiento, ya que los padres tienen la obligación de informar el nombre, el apellido y la fecha de nacimiento del recién nacido. Esta acción supone el reconocimiento inmediato por parte del Estado de su existencia y la formalización de su nacimiento ante la ley. Además, su registro permitirá preservar sus orígenes, es decir, las relaciones de parentesco que lo unen a sus padres biológicos.
Los niños tienen, como los adultos, el derecho de tener una opinión, expresarla y reunirse para compartir su punto de vista. La libertad de opinión significa que cada uno es libre de tener una opinión o un juicio de acuerdo con sus emociones, capacidades reflexivas y conocimientos.
Los niños tienen el derecho a tener una opinión diferente de la de sus padres. Tomando en cuenta su edad, así como su grado de madurez y discernimiento, tienen derecho a que su opinión sea tomada en cuenta. Los Estados, las comunidades y los padres tienen el deber de escucharlos y acordar una consideración particular a sus opiniones cuando las decisiones que van a tomar les incumban.
La libertad de expresión permite a toda persona expresar libremente sus ideas por todos los medios que juzgue apropiados. Cada niño tiene derecho a expresar libremente sus opiniones sobre los asuntos que tengan que ver con su vida. Además, no debe ser víctima de ninguna presión que trate de obligarlo o influenciarlo en su opinión y que le impida expresarse libremente.
Los niños tienen derecho a saber lo que sucede y a acceder a la información que les interese. Pueden, así, conocer los problemas actuales, informarse y crear su propia opinión sobre temas de actualidad.