El agua es vital para la supervivencia y la buena salud de todos los seres humanos. El derecho al agua implica el acceso al agua potable y a instalaciones sanitarias adecuadas.
El derecho al agua es un derecho humano fundamental, y un requisito esencial para la concreción de los otros derechos humanos como el derecho a la salud, ya que éste no puede desarrollarse sin el acceso al agua potable y de calidad.
El derecho al agua es un derecho vital ya que el agua desempeña un papel primordial en la vida cotidiana y en el entorno de todas las personas. El agua es utilizada para:
– El consumo directo. Es el agua que bebemos y que nuestro cuerpo necesita.
– La agricultura y la ganadería. El agua necesaria para la ganadería y para regar los cultivos.
– La cocción. Agua utilizada para lavar y cocinar los alimentos.
– La higiene. Agua para la higiene personal (ducha, lavado de manos, etc.) y para la higiene doméstica (vajilla, ropa, etc.).
Existen cuatro principios importantes para garantizar la supervivencia y la salud de todas las personas:
– Debe haber suficiente agua disponible. Esto implica una cantidad suficiente para todos los usos personales y domésticos. Las Naciones Unidas han estimado que cada persona necesita entre 20 y 50 litros de agua potable por día para el consumo, la preparación de la comida y la higiene personal.
– El agua debe ser accesible. Toda persona debe tener acceso al agua y a instalaciones sanitarias adecuadas, ya sea en su hogar o, en su defecto, en lugares públicos de las cercanías (escuelas o lugares de trabajo). El agua y las instalaciones sanitarias deben tener un costo accesible para todos.
– El agua debe ser de calidad. El agua debe ser limpia, potable y estar exenta de todo riesgo para la salud. El agua contaminada no sólo es sucia, sino que también es mortalmente peligrosa.
– El acceso al agua debe ser estable y fiable. El agua limpia debe estar disponible y ser accesible en cualquier circunstancia (sequías, inundaciones que contaminan el agua, etc.). Es necesario que haya una red de puntos de abastecimiento de agua que asegure su distribución a los consumidores.
El agua ocupa un lugar fundamental en el mantenimiento de la dignidad de las personas. En efecto, el agua permite a los niños disfrutar de un nivel de higiene indispensable para tener una buena salud, y respetar su cuerpo y su integridad como persona.
El agua es esencial para el desarrollo saludable de todo niño. La deshidratación, es decir la falta sustancial de agua, puede afectar su desarrollo físico y mental de manera irreversible.