Un estilo de vida saludable permite que la persona mantenga un armónico equilibrio en su dieta alimentaria, actividad física, intelectual, recreación al aire libre, descanso e higiene.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la salud es un estado de máximo bienestar físico, psíquico y social, y no solamente la ausencia de enfermedades“. La salud no es sólo un tema de medicinas, médicos y enfermos, sino que intervienen otros factores.
La salud viene marcada por lo genético y unos condicionantes adquiridos en la práctica de hábitos como la alimentación, el ejercicio físico y el sueño, entre otros.
También influye sobre nuestro bienestar el ambiente que nos rodea. De esta manera se explica que la contaminación ambiental, de las aguas, de los alimentos y del suelo perjudiquen, seriamente, nuestra salud.
Hábitos que mejoran la salud
Se denominan hábitos saludables a una serie de actos repetitivos destinados a la conservación y mejora de la salud personal.
– Mantener una alimentación correcta. Aporta equilibrio nutricional al organismo con suficiente ingesta de hidratos de carbono, lípidos, proteínas, minerales y vitaminas.
– Práctica continua de ejercicio físico y deporte. El sedentarismo es causa de enfermedades como cardiopatías, cáncer de mama y colon, diabetes, obesidad, osteoporosis y problemas de salud mental. Una hora de ejercicio diario fortalece nuestros músculos y huesos, potencia nuestro corazón, mejora la circulación sanguínea, relaja nuestra mente y quema las calorías necesarias para evitar la obesidad.
– Sostener un ritmo de sueño saludable. Es necesario dormir bien durante un número adecuado de horas, para descansar y generar energías para el desempeño de las tareas del nuevo día. El insomnio es causa de hipertensión arterial, cardiopatías, enfermedades mentales, metabólicas y endocrinas.
– Mantener hábitos higiénicos adecuados, disfrutar del tiempo libre y ejercitar la mente.
– Tomar medidas para mejorar la salud mental, como evitar el estrés, la ansiedad y las depresiones.