Alimentación sana y equilibrada

La alimentación equilibrada es un pilar fundamental de nuestra salud. Una buena nutrición es una condición indispensable para tu desarrollo físico, psíquico y social.

La alimentación en los primeros años de vida es muy importante porque sirven para nutrirnos de forma sana y equilibrada y contribuye a un adecuado desarrollo físico e intelectual. También, porque en estos primeros años de vida se adquieren muchos hábitos y rutinas, incluidos los de la alimentación, que nos acompañarán el resto de nuestra vida.

¿Qué es una alimentación sana y equilibrada?

Es aquella que incorpora los distintos nutrientes y grupos de alimentos en las cantidades y frecuencias adecuadas, de acuerdo con las necesidades de cada persona, en los distintos momentos evolutivos.

A partir de los dos años, superado ya el período de introducción de los alimentos, los niños deben alimentarse con una dieta diversificada, que incluya los diferentes tipos de alimentos que les aporten todos los nutrientes necesarios para un desarrollo normal.

¿Cómo se clasifican los nutrientes?

Según los tipos de nutrientes que contengan los alimentos se dividen en dos grandes grupos: macronutrientes -los que tienen hidratos de carbono, proteínas y grasas- y micronutrientes -tienen vitaminas y minerales-.

Todos son importantes, aunque tienen funciones diferentes. Algunos alimentos tienen una función plástica, porque ayudan a construir el armazón de nuestro cuerpo y a formar los tejidos de las masas musculares, a través de proteínas de buena calidad y elementos minerales, en especial el calcio. Otros tienen una función energética, aportando las calorías necesarias para desarrollar nuestras actividades diarias, a través de los hidratos de carbono y las grasas.

¿En qué alimentos se encuentran?

Proteínas. Leche y derivados, carnes, huevos, pescados grasos y magros, legumbres, frutos secos, cereales, batata, zanahoria, pimiento y tomate.

Hidratos de carbono. Se encuentran en arroz, pan, legumbres, azúcar, mermelada, miel, frutas y dulces en general.

Grasas. Se encuentran en aceites (de oliva y girasol), frutos secos (nueces, almendras y avellanas).

Minerales. El calcio, el hierro y el yodo son tres minerales especialmente importantes en la dieta. El calcio se encuentra en productos lácteos y pescados. El hierro, en hígado, riñones, carne de vacuno, yema de huevo, moluscos, legumbres, frutos secos, pasas, ciruelas secas y cereales. Finalmente, el yodo está presente en pescados y sal yodada.

Vitaminas. Se encuentran en verduras, frutas, carnes y pescados variados, huevos y productos lácteos.