Lo recomendable es alimentarse cuatro veces (desayuno, comida, merienda y cena). La cantidad de nutrientes que se debe incluir en cada una de ellas es diferente.
Desayuno
Debería cubrir, al menos, el 25 por ciento de las necesidades nutritivas de los niños. El sueño a primera hora de la mañana o el apuro para ir al colegio hace que, muchas veces, desayunemos de forma inadecuada y eso repercute luego en el rendimiento escolar. El desayuno debe incluir un lácteo, una fruta o su jugo, mermeladas o miel, y, en ocasiones, algún tipo de fiambre.
Almuerzo
Debe cubrir entre el 35 y el 40 por ciento de las necesidades nutricionales diarias. La comida debe ser lo suficientemente variada como para incorporar los distintos grupos de alimentos. En el postre debe incluirse, como primera opción, la fruta.
Merienda
No debe ser excesiva ni tomarse muy tarde, para evitar perder el apetito a la hora de la cena. Se recomienda incluir un alimento dulce, una fruta o un lácteo.
Cena
Debe aportar aproximadamente el 30 por ciento de la energía diaria. Hay que hacerla temprano, para evitar que la proximidad, al momento del sueño, impida dormir bien. Se sugiere incluir aquellos alimentos que no se hayan tomado en las otras comidas del día, siempre complementadas por una fruta y un lácteo.