La Educación Vial se debe enseñar desde la infancia, pues de ello depende la prevención de accidentes y su supervivencia, en muchas ocasiones.
Los análisis estadísticos sobre accidentes ponen de manifiesto que uno de los principales grupos de riesgo lo constituyen los niños y jóvenes con edades comprendidas entre los cinco y los diecisiete años, muchas veces por imprudencias, desconocimiento de las normas básicas de seguridad o simples descuidos. Estos datos demuestran que el mayor porcentaje de accidentes sucede haciendo uso de la vía pública como peatones, aumentando progresivamente, sobre todo a partir de los catorce años, cuando estos niños y jóvenes se ven implicados en aquellos como conductores de bicicletas y ciclomotores.
Instituciones internacionales como el Consejo de Europa y la Conferencia Europea de Ministros de Transporte estudiaron en profundidad sus causas, a fin de poder determinar medidas pertinentes que incidiesen en estos grupos, determinando unos objetivos de Educación Vial que sirvieran de base para desarrollar programas de Seguridad Vial:
1. Velar por la propia seguridad y comportamiento de manera responsable, teniendo en consideración a los demás usuarios.
2. Preparar a los futuros conductores de bicicletas, ciclomotores y automóviles.
3. Informarse y utilizar los medios para mejorar la seguridad del sistema actual.
4. Respetar todas las normas de circulación, incluso las que no son reglas de seguridad en sentido estricto.
La Educación Vial es un problema de educación general social y humana, de enseñanza de determinados comportamientos y de aprendizaje de reglas y de autocuidado.