El hospital Juravinski, en Ontario, Canadá, permite que las mascotas visiten a sus compañeros humanos enfermos. Las visitas repercuten favorablemente en la salud de los pacientes, aliviando el estrés de ambos y logrando resultados increíbles, pues las personas se sienten mucho mejor al ver a sus queridos animales.
Un programa creado por Donna Jenkins, quien se inspiró en su sobrino Zachary Noble (25) fue adoptado por el Hospital Juravinski de Ontario.
Mientras Zachary luchaba contra un linfoma, sólo pedía ver a su perro Chase. “Hicimos entrar a Chase en la Unidad de Cuidados Intensivos para que pudiera verlo y el efecto que tuvo en Zachary fue increíble. Como Zachary vio que no sobreviviría al cáncer, me hizo prometer que comenzaría con este proyecto. Nuestra primera visita oficial a un paciente fue el 15 de setiembre de 2015”, afirma Donna Jenkins.
“Sabemos que cuando los pacientes consiguen ver a su mascota, sus signos vitales mejoran, también la depresión y el sentimiento de aislamiento, abre la comunicación y es un recordatorio de que el paciente tiene una razón para mejorar y volver a casa. Una visita de su mascota trae algo de normalidad a la vida del paciente y les ayuda a olvidar un poco que están enfermos y en el hospital” – concluye la responsable de la fundación -.
Las visitas son semanales y duran una hora. Las mascotas se sienten aliviadas al verlos y saber que no han perdido a su compañero humano. Está comprobado el efecto positivo que produce en el sistema inmune y en el ánimo de los pacientes tener un contacto afectivo con su mascota. En el Hospital Juravinski las mascotas son cuidadosamente limpiadas antes de entrar y se las mantiene alejadas de los otros pacientes.