Este elemento es el más importante para la seguridad ya que es el freno de tu cuerpo en caso de impacto.
El cinturón no sirve para que los pasajeros no se muevan en caso de choque, sino para que amortigüen su desaceleración. Se podría decir que, en cierto modo, actúa como un paracaídas. Además, no es un elemento aislado, sino que forma parte de un conjunto de seguridad con los otros sistemas principales de retención (airbags y reposacabezas) y estos últimos pueden no servir si no se lo lleva abrochado.
Según la Organización Mundial de la Salud, es uno de los inventos que más vidas ha salvado. Del mismo modo que el coche tiene estructuras deformables para perder su energía cinética en caso de impacto, los pasajeros disponen del cinturón de seguridad para perder la suya. Este dispositivo está hecho para estirarse, pero no porque sus fibras sean elásticas, sino porque están tejidas para que pierda anchura y gane longitud con el fin de no causar lesiones graves al usuario.
Aunque la normativa estipula que la fuerza máxima que debe soportar sin romperse es de 1200 kilogramos, se fabrican cinturones que soportan hasta 3 mil kilogramos. Sin embargo, lo más importante no es la fuerza que puede llegar a aguantar, ya que es el único freno del cuerpo en caso de impacto. Para averiguar esto se realizan pruebas de choque en laboratorio a 50 kilómetros por hora con maniquíes de 1,74 metros de estatura y 76 kilogramos de peso. En ellas se ha demostrado que la fuerza de un cuerpo de este peso sobre el cinturón puede ser de hasta 1000 kilogramos. En estas condiciones, el cuerpo se desplaza una distancia de 25 centímetros hacia adelante, como consecuencia del estiramiento del cinturón en caso de una desaceleración muy fuerte.
Si se usa una prenda para que el cinturón no apriete, cambian las condiciones y esto puede traer un grave problema. La razón es sencilla, ya que un coche pasa de ir a 50 kilómetros por hora a detenerse en sólo siete décimas de segundo. El cinturón, por estar más holgado, hará que se recorra una distancia mayor. Cuanto antes se empiece a frenar el cuerpo, menos posibilidades habrá de que llegue a estrellarse contra el volante, el tablero o los asientos delanteros. De esta forma, la ropa muy gruesa añadirá al cinturón unos centímetros que podrían resultar muy peligrosos en caso de accidente, porque se podría chocar con el volante o el tablero.
Es importante, cuando vayás en un vehículo, tener en cuenta este aspecto, tanto para los asientos delanteros como para los traseros. Las prendas muy gruesas restan eficacia al cinturón y facilitan que choqués contra cualquier parte.