Los niños representan un colectivo vulnerable. Por ello, es responsabilidad de los adultos defender sus derechos de acuerdo con su bienestar y su desarrollo integral.
La infancia es la etapa más importante de la vida. Desde el nacimiento hasta los 6 años, el niño se muestra muy receptivo al conocimiento y absorbe aprendizajes a través de la observación del entorno en el que vive.
Una primera infancia feliz es sinónimo, también, de una etapa adulta feliz. Es en esa etapa donde se forjan las raíces de la autoestima y del amor propio. Para tener una buena calidad de vida es importante dar amor y cariño. Otro aspecto fundamental es que el niño asista a la escuela para estudiar, aprender y relacionarse con otros niños de su edad con los que entablará amistades. Es preciso que crezcan de acuerdo con su edad.
Una buena alimentación también es básica, igual que la atención médica pertinente desde los primeros meses de vida.
Tener una primera infancia con recuerdos agradables marcados por los juegos, la atención personalizada de los padres y un hogar confortable es un tesoro para cualquier persona en la etapa adulta y a través de los cuales un niño adquiere las herramientas necesarias para crecer en libertad.
Cuando un niño se siente seguro, amado y protegido, crece con esperanza.