El 75 % de las muertes infantiles y el 90 % de los daños graves se pueden evitar si los más pequeños viajan correctamente en el coche, en asientos especiales y con las medidas adecuadas.
La seguridad de los niños depende de los adultos. Su cuerpo se vuelve muy vulnerable en el interior de los vehículos, ya que no se han fabricado para las medidas de los niños. Sobre todo durante los primeros años de vida, los pequeños padecen graves lesiones cervicales al ser sometidos a las fuerzas que se producen durante un impacto. Ello se debe, en parte, a que su cabeza es mucho más grande de lo que debería ser en relación con el resto de su cuerpo y a que todavía no tienen completamente desarrollada la musculatura cervical por lo que, en una colisión, la columna vertebral es empujada hacia delante por la cabeza con una violencia enorme.
La mayoría de los sistemas de seguridad de un automóvil (cinturones, airbags o reposacabezas) tampoco están pensados ni diseñados para los más pequeños. Por eso, los niños deben llevar, siempre, un sistema de retención adecuado a su altura y peso para viajar con seguridad en el interior de un vehículo.
Existen diferentes tipos de sistemas de retención y accesorios para elegir en función de la talla y peso del niño y no en función de su edad, aunque ésta pueda ser un referente.