La actividad física, el camino de la salud

 El cuerpo humano está diseñado para estar en movimiento. La actividad física se refiere a la realización de todas aquellas tareas en las que el cuerpo utiliza energía, como caminar, hacer jardinería, subir escaleras, practicar algún deporte o bailar.

Para que beneficie a la salud, la actividad física se debe llevar a cabo con una intensidad que vaya de moderada a vigorosa, realizando ejercicios que permitan obtener resultados. El simple hecho de moverse y hacer cosas sencillas como ir de compras, o caminar de manera casual, no es suficiente para efectos saludables, pues esto no aumenta el ritmo cardiaco.

Muchas veces es confundido este concepto con el de ejercicio físico. La diferencia está en que este último término está basado en una actividad física que sigue una repetición o un plan para mejorar una parte del cuerpo y fortalecer las condiciones físicas.

Los beneficios de realizar una actividad física regular tienen las siguientes ventajas:

– Menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

– Incrementa el consumo de calorías inclusive hasta 30 minutos luego de realizada la actividad.

– Contrariamente a lo que se piensa, reduce el apetito.

– Una actividad física acompañada de una dieta con menos calorías ayuda a perder grasa corporal en hasta un 98 %.

Mantener actividad física de manera regular puede generar cambios muy positivos para la vida. Personas de todas las edades, tamaño, complexión y habilidades pueden beneficiarse ya que:

– Incrementa la esperanza de vida.

– Fortalece la autoestima.

– Disminuye las posibilidades de caer en algún tipo de depresión.

– Ayuda a dormir mejor.

– Facilita la movilidad.

– Fortalece los huesos y músculos.

– Ayuda a llevar y mantener un peso adecuado.

– Es una manera de socializar sanamente.

Combatir el sedentarismo

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la inactividad física es el cuarto factor de riesgo de muerte en todo el mundo y la principal razón de enfermedades como el cáncer de mama y de colon, la diabetes y la cardiopatía isquémica.

En contraposición al desarrollo de una actividad física moderada y frecuente, el sedentarismo es un bajo o nulo ejercicio de movimientos en las actividades cotidianas que causa una gran cantidad de afecciones y enfermedades. Una persona con un estilo de vida sedentario es propensa a tener enfermedades cardiovasculares, contraer diabetes tipo 2, aumentar sus niveles de colesterol, tener presión alta y sufrir un infarto.

La actividad física es necesaria para personas de todas las edades, desde los más pequeños hasta los adultos mayores.