Timón y Pumba, la cómica e inseparable pareja de “El Rey León” tuvo tanto éxito que hasta tuvieron su propia serie. Pero, ¿qué animales son en la vida real? Conocé sus principales características.
Timón
Es un suricato o suricata, un mamífero de pequeño tamaño que habita en zonas desérticas africanas. Dentro de la familia de las mangostas es de los más pequeños, puesto que un ejemplar adulto puede no llegar al kilo y medir 50 centímetros. Solo salen de día y son grandes excavadores. Viven en un gran entramado de redes bajo el suelo, con muchas entradas y salidas distintas.
Se alimenta principalmente de insectos y arañas y su carácter es alegre y cariñoso. En algunas zonas de África ha sido domesticado como mascota.
Pumba
Mucha gente piensa que es un jabalí. La realidad es que es un facócero y está emparentado con esta especie, ya que tienen bastantes rasgos en común. El facócero es exclusivo de África, de la zona del sur del Sahara, donde encuentra condiciones de humedad, aridez y calor. Le encanta revolcarse por el barro ya que, de ese modo, se limpia la piel y se protege de insectos y parásitos.
Tiene una cabeza de gran tamaño, un hocico muy largo y unos imponentes colmillos que les sirven tanto de protección como para excavar en el barro y encontrar tubérculos y raíces. Sus patas son exageradamente cortas en comparación con su gran cuerpo, lo que no es ningún impedimento para que puedan correr a grandes velocidades, llegando a alcanzar los 50 kilómetros por hora. Esto resulta sorprendente en un animal que, fácilmente, puede pesar 100 kilogramos. Otra de sus características es que es muy miedoso y asustadizo.
Cómo se relacionan
No es casualidad que en la película estos dos animales fueran amigos inseparables y compañeros de aventuras. En las zonas en las que conviven estas dos especies en el sur del Sahara se puede observar a un facócero tumbado en el suelo mientras un suricato lo acicala, lo peina y lo desparasita.
Esto es lo que se conoce como relación simbiótica de mutualismo. Los dos animales sacan provecho de esa relación. El facócero logra un lavado gratuito, que lo desparasiten y así prevenir incomodidades y posibles enfermedades. Por su lado, el suricato consigue alimento sin tener que buscar mucho.