Con basura reciclada hacen asfalto, baldosas y tapas para desagües

Palas mecánicas, trituradoras, cintas transportadoras, regadores, volquetes. Todos en movimiento simultáneo y en concierto involuntario, en un predio de seis hectáreas en Villa Soldati. Allí funcionan las cinco plantas donde se recupera y trata el 40% de la basura producida en territorio porteño.

Según datos oficiales, se generan 6.700 toneladas de desechos por día en la Ciudad. De ellas, 2.500 se tratan en este centro y vuelven a la industria como materia prima, o a parques en forma de abono. Los tipos de residuos procesados allí son bien variados: están los que se producen en restaurantes, y los de las obras en construcción; los que se originan en la poda y los que vienen de las campanas verdes.

Las plantas de reciclado quedan junto a la cancha de San Lorenzo.

 

El recorrido empezó una hora antes, en la planta de orgánicos, que trata diez toneladas diarias de material que viene de un circuito exclusivo de recolección de 80 locales, entre restaurantes, patios de comida, hoteles y hospitales.

Pese al tipo de desechos que trata, no hay olores desagradables: es que la nave de la planta que recibe el material tiene un sistema de flujo de aire. Los residuos son seleccionados por operarios en una cinta transportadora, descompuestos por 12 días en un biorreactor, y acopiados por tres o cuatro semanas para que terminen de madurar. El resultado es enmienda orgánica, que se usa como abono en las plazas y parques.

El recorrido siguió por la planta que trata los restos de poda, unas 50 toneladas por día en promedio pero que en estas semanas, “temporada alta” de poda, supera las 100 toneladas. Estas ingresaban a la máquina y salían hechas astillas, chips, virutas, fibras y pallets, para usarlos como cobertores en parques y jardines, o para hacer compost.

En el camino le siguió la planta de tratamiento de restos de construcción, que fue la primera, en 2013. Todos los volquetes de obras porteñas, unos 700 por día, deben descargar sus escombros aquí. Son 2.400 toneladas diarias, que son transformadas en material reutilizable para obras civiles y viales, o en materia prima para hacer hormigón.

Con los restos de las podashacen composts y se recupera la madera.

 

Las botellas PET tienen una planta de tratamiento especial: allí se convierten en escamas, que tienen un valor agregado mucho mayor, ya que esta transformación es el primer paso para reutilizar el material en la producción de nuevas botellas, cerdas para escobillones y hasta buzos tipo polar. En esa planta trabajan dos operarios de cada una de las nueve cooperativas que llevan PET, y se tratan ocho toneladas de material por día.

“Los recuperadores les dan prioridad al papel y al cartón, porque es lo que más valor tiene en el mercado -explicó el director del Centro de Reciclaje, Pablo Rodríguez-. Por eso, con esta planta buscamos que también valoren el PET y lo recolecten”.

Varias de las baldosas que se colocan en las calles están confeccionadas con materiales recuperados.

La última escala de la visita fue el Centro Verde Automatizado, que funciona con tecnología MRF, la cual automatiza el proceso de separación de 30 toneladas de material reciclable por día. Este proviene tanto de las campanas verdes de toda la Ciudad como de lo recolectado por la cooperativa Alelí en la Comuna 4.

Con basura reciclada, hacen tapas para los desagües de las calles.