Un nuevo concepto de bolsas de plástico, sin ningún derivado del petróleo y completamente hidrosolubles, fue presentado en Santiago por unos ingenieros chilenos como un avance para acabar con la contaminación que generan estos elementos de uso habitual.
Todo el concepto recae en el cambio de la fórmula química actual que se utiliza en todo el mundo para producir bolsas de plástico.
Tras la modificación de la formula química del PVA (alcohol polivinílico), las bolsas se deshacen y se diluyen en el agua sin causar perjuicio ni en el medioambiente ni en el propio líquido que las absorbe.
Tomaron una bolsa producida por ellos, visualmente muy parecida a las actuales bolsas de plástico, la introdujeron en un recipiente con agua y, tras remover el líquido por unos segundos, la bolsa desapareció, dejando el agua algo turbia.
Además, Astete tomó un vaso, lo llenó con agua donde se disolvió la bolsa y la bebió para demostrar que el agua se mantiene absolutamente potable.
«El material base tiene distintos orígenes. Nosotros buscamos la posibilidad de bajar los costos de producción y eso nos llevó a experimentar con distintos proveedores para garantizar la calidad de nuestro producto y siempre ser amigables con el medioambiente», dijo Astete.
Los dos ingenieros destacaron que sus bolsas se pueden utilizar para los mismos usos que se le da actualmente a las bolsas de plástico, pero con la diferencia de que cualquiera puede hacerla desaparecer al sumergirla en agua.
«La bolsa se usa para dos cosas en casa. Para guardar algo, como puede ser la basura, o para meter distintas cosas dentro. Esa función sigue teniéndola nuestra bolsa», explicó Olivares.
«(Con) este material, a parte de tener la ventaja de ser amigable, tú decides cuándo destruir la bolsa. La bolsa la puedes utilizar las veces que tu quieras. Pero si la bolsa se daña, en lugar de ir a tirarla, yo la disuelvo y me hago cargo del problema. Ese es el espíritu de este producto», agregó Astete.
Pese a que en la actualidad este nuevo concepto de bolsa hidrosoluble no está aún presente en los supermercados o tiendas chilenas, el proyecto pretende convertirse en una actualización de las actuales bolsas de plástico, que perduran por 400 años en la naturaleza.