Estar mejor es posible. Te acercamos 10 ideas que contribuyen a tu salud.
– Equilibrio. Una buena alimentación, ejercicio físico y un modo de vida saludable previenen enfermedades y aseguran la calidad de vida.
– Educación. La educación nutricional y hacer deporte deben iniciarse desde la infancia y ser una prioridad para nuestra vida.
– Ejemplo. Los adultos deben dar buen ejemplo con hábitos alimentarios saludables a los niños y adolescentes.
– Pautas saludables. Es responsabilidad de los educadores y de los padres establecer los hábitos de vida saludables sobre nutrición fomentando, a la vez, la práctica deportiva y limitando las actividades ligadas al sedentarismo, como un exceso de horas ante el televisor, la PC o los videojuegos.
– Comer de todo es comer sano. Los alimentos no son buenos o malos. Lo que importa es el equilibrio y la proporción.
– El ejercicio físico es más que salud. La situación nutricional puede mejorarse diseñando una estrategia que incida sobre el conocimiento, la actitud y la conducta. La práctica deportiva es conveniente, más allá de sus beneficios físicos, por su contribución a la formación integral de la persona y al desarrollo psíquico necesario para alcanzar la madurez.
– Más líquidos. Se debe aumentar el consumo de agua, zumos o bebidas hasta un mínimo de 2 litros al día.
– Compromiso de los gobiernos. Los poderes públicos tienen una responsabilidad clave al decidir los programas de educación en instituciones educativas y en la planificación del entorno urbanístico.
– El urbanismo debe contribuir. Desde el punto de vista urbanístico, las ciudades deben recuperar y desarrollar espacios que permitan la práctica de estos hábitos de vida saludable.
– Equilibrio para el bienestar. Una alimentación variada y equilibrada, junto con un aumento de la actividad física, tienen una repercusión positiva en la salud y bienestar.