En los últimos 60 años, el ser humano modificó el medio ambiente más que en ningún otro período de la historia. Esto produjo que el 60% de los ecosistemas del planeta estén degradados o se utilicen de forma no sostenible.
Estas son algunas de las conclusiones de la «Evaluación de los Ecosistemas del Milenio», uno de los estudios más exhaustivos sobre el estado del planeta auspiciado por la ONU y elaborado durante cuatro años por 1300 expertos. El estudio apunta a uno de los motivos del deterioro de la Tierra, que es el consumo insostenible. Las fuertes demandas de alimentos, agua, madera o combustibles en los países del Norte, acarrean un consumo excesivo que pone en peligro el futuro del planeta.
Según Greenpeace, desde principios de los ‘70 desaparecieron 550 mil kilómetros cuadrados de selva brasileña. Además, el destino de todos estos productos es siempre el Norte, mientras se pone en peligro la conservación del planeta a base de degradar sus ecosistemas naturales. 1700 millones de consumidores gastan diariamente más de veinte dólares, mientras que 4200 sobreviven con sólo dos dólares al día. El 84% de los recursos del planeta es utilizado tan sólo por el 16% de la población mundial.
Varias organizaciones y ONG, entre ellas Greenpeace o consumehastamorir.org, están intentando promover en la sociedad un consumo responsable. Comprar alimentos ecológicos, utilizar energías renovables, reciclar o consumir productos con envases reutilizables son algunas de las actividades que podemos realizar, día a día, en nuestras casas, para conservar el planeta.
El comportamiento de las sociedades modernas, sobre todo las occidentales, parece haberse instalado en el derroche y el gasto. Por ejemplo, todos los días, en la ciudad de Nueva York, se tiran a la basura 14 mil toneladas de basura. Tokio genera 12500, Londres casi 7 mil y Ciudad de México, 8 mil. ¿Cómo se pueden tirar tantas cosas en un solo día?
El precio de este consumo irresponsable e insostenible lo paga el medio ambiente. El cambio climático amenaza con rebasar el nivel del mar en nuestras costas, la contaminación del aire es insoportable en muchas ciudades y cada vez hay más especies en peligro de extinción. Es necesario cambiar nuestros hábitos de consumo para poder seguir viviendo en el planeta Tierra. Puede que nosotros solos no podamos cambiar el mundo, pero siempre podemos cambiar nuestro entorno inmediato. Una pequeña acción es el principio de un gran cambio.