Este método de higiene básico e importante es un simple acto que no toma más de cinco minutos y previene, en numerosas ocasiones, de la presencia de virus, bacterias y enfermedades que se transmiten a través del contacto de diversas superficies o que están en el ambiente.
Se considera que el lavado de manos puede evitarnos, además de enfermedades, serios problemas como los diferentes tipos de hepatitis que se contagian a través del contacto persona a persona y que pueden significar profundas complicaciones.
Todos los profesionales de la salud acuerdan en señalar su importancia para mantener la higiene personal y evitar la presencia de diferentes tipos de enfermedades. Así, este simple acto puede prevenirnos de un sinfín de complicaciones.
Se recomienda, normalmente, lavarse las manos un mínimo de tres veces al día, especialmente antes de comer, después de salir del baño y al entrar a casa, cuando uno viene del exterior. Se estima que estos son los momentos más delicados de la vida cotidiana en los cuales interminable cantidad de virus y bacterias están presentes en el aire y en las diversas superficies. Si bien muchos de estos virus y bacterias son inocuos y no demasiado graves, muchos de ellos pueden combinarse con otros y volverse peligrosos, además de facilitar enfermedades como gripes o diarreas.
Para realizar un lavado de manos adecuado es recomendable utilizar jabones neutros, sin presencia de aromatizantes o colorantes. Se recomienda hacer abundante espuma y desparramarla por toda la superficie de las manos, sobre todo en los espacios entre los dedos y también en las uñas y yemas. Luego, enjuagar con abundante agua y secar con una toalla.