Los libros que se plantan, plantados quedan. Si no están fabricados con materiales biodegradables, entre ellos la tinta, acabarán contaminando el suelo. Pero no todos son así, porque el proyecto “Libro árbol” ha hecho posible que los libros puedan plantarse de forma productiva, sin impacto ambiental y dando lugar a un árbol.
El libro “Mi papá estuvo en la selva”, de Gusti y Anne Decis, publicado en 2008 por la editorial argentina Pequeño Editor, es el primer libro árbol. En él se cuenta la historia de un papá que se adantra en una selva del Ecuador contada desde la perspectiva de su hijo desde un enfoque eco-amigable, que fomenta el amor por la naturaleza.
Niños y libros crecen juntos
Ahora, el libro transmite valores eco-amigables no solo a través de su lectura, sino también después. Tras leerse puede plantarse y crecerá una jacaranda. Entre dos capas de papel se han introducido semillas de este bonito árbol que es una especie autóctona.
El proyecto no solo busca reducir el impacto ambiental de los libros sino animar a otras editoriales a apostar por libros como éste, fabricado con técnicas respetuosas con el entorno, con papel de bosques certificados y tinta al agua, libre de ácidos. Además, se quiere concienciar a los niños para que su educación ambiental sea práctica y original, bajo el lema “los libros y los niños pueden crecer juntos”.
El resultado ha sido un libro totalmente biodegradable que no abonará al árbol pero al menos no le perjudicará. En el futuro podrían ensayarse fórmulas comerciales viables, pues en esta ocasión ha salido muy caro y no tiene valor comercial.
La idea es donarlos a instituciones para que los lean de forma colectiva y luego los planten junto con los niños. Finalmente, cuidan del árbol y lo exponen, tal y como puede verse en la imagen y generen proyectos en torno a este proyecto. Finalmente, será trasplantado a la tierra. Bello, original y muy aleccionador. Una experiencia única.