El proyecto impulsado por el Club de Observadores de Aves (COA) promueve la conservación de la gran diversidad de aves de la localidad costera y destaca el rol en la dispersión de semillas y control de insectos plaga entre otros beneficios que aportan al ecosistema estos plumípedos.
Busca además, poner freno a la caza furtiva, una práctica ya prohibida por ley.
Sobre las gomeras, Amanda Paulos, integrante del COA comenta: “El objetivo es matar, pero no es fácil hacerlo con una piedra. La mayoría de las veces los hieren y los pajaritos quedan desvalidos y sufriendo. Es muy cruel”. “Todas las especies de pájaros comen insectos, necesitan proteína de origen animal y ayudan así al control de estas poblaciones. No nos damos cuenta de que comen toneladas de insectos y son grandes colaboradores de nuestro bienestar y salud”
La ordenanza cuenta con una excepción en caso de una eventual plaga estacional que ponga en riesgo el ecosistema local y sería determinada por los organismos nacionales o provinciales.
Las sanciones ante el incumplimiento de esta ordenanza consistirán en multas enmarcadas en el actual Código Tributario.