Estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) de la UNAM, descubrieron que juntando el mango con el limón se puede producir un plástico biodegradable que resulta amigable con el medio ambiente. El producto se degrada en un máximo de 6 meses sin sacrificar la dureza, el buen aspecto, la elasticidad y fuerza.
Las responsables de este proyecto fueron las alumnas del sexto semestre Alondra López López e Itzel Paniagua Castro, quienes explicaron que al analizar las cascaras de mango descubrieron que tienen una gran cantidad de celulosa y polifenoles, lo que evita que se produzcan hongos en el biopolímero. Esto significa que el material pude ser mas barato que los de uso común.
Al ser viscoso y muy moldeable, podrá ser utilizados para crear botellas, platos, cubiertos y vasos desechables, y así crear una alternativa mas sustentable que el plástico.
Sus investigaciones han descubierto que añadiendo baba de nopal en productos como popotes, son capaces de resistir diversas temperaturas hasta por 30 minutos en agua, y 25 en refresco.