Aplicá y difundí estos consejos para cuidar este tesoro.
A la mayoría nos parece normal tener acceso al agua potable. La usamos para todo, la dejamos correr, siempre estuvo ahí y siempre estará, tan presente y tan imprescindible como el aire que respiramos. Sin embargo, mil quinientos millones de personas en el mundo no pueden gozar, hoy, de este privilegio.
Según las estimaciones de organismos internacionales, si las cosas continúan así, en 2025 la demanda global de agua potable superará en más de 50% al abastecimiento. Dicho de otra manera, más de 1/3 del agua que el mundo necesite para vivir no podrá ser suministrada. Es urgente, por tanto, que adquiramos conciencia de nuestra responsabilidad para que, entre todos, contribuyamos a evitar lo que podría ser la mayor catástrofe ecológica de todos los tiempos.
Un compromiso activo
La preservación de los recursos es un deber de todos. Del agua total que existe, tan sólo una pequeña parte puede ser utilizada para el consumo humano. Menos de un tres por ciento del agua de nuestro planeta es dulce y, la mayor parte se encuentra, no en ríos y lagos, sino en acuíferos subterráneos. Esta agua, para que no suponga un riesgo para la salud, tiene que ser tratada antes de su distribución y consumo, con un costo alto en dinero y en recursos energéticos, empezando por el recurso más preciado de todos, que es la propia agua. Así, dada su importancia, tenemos el deber de utilizarla de una manera racional.
Actuar ecológicamente, es muy sencillo. ¡Empecemos ya!